El propietario de la finca de Totalán (Málaga), David Serrano, donde falleció a principios de año el niño Julen Roselló, deberá sentarse en el banquillo de los acusados por ser responsable de dejar abierto el pozo donde cayo el pequeño.
Serrano culpó a los padres del trágico accidente y señaló que esto sucedió por “no estar pendientes de su hijo”, el día en que el menor cayó por el pozo.
Incluso, puntualizó que recuerda que su hija también se encontraba aquel domingo en la finca y aseguró que no le ocurrió nada porque “estaba al cuidado de su madre”.
El propietario del terreno ha hecho las declaraciones en el trascurso de una entrevista que concedió a «El Programa del Verano», que emite Telecinco.
“Culpable soy yo y culpable son sus padres por no estar atentos a su hijo”. El dueño de la finca de Totalán, indignado tras conocer que se le juzgará por homicidio imprudente al no haber tapado el pozo en el que murió Julen #PdV4J https://t.co/TZq41bEIaw
— Telecinco (@telecincoes) July 4, 2019
Es importante señalar que el propietario de la finca ha querido hablar después de conocer la decisión tomada el miércoles por la magistrada del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, Elena Sancho, que pretende sentarlo en el banquillo por un delito de homicidio por imprudencia grave.
«Están poseídos. Van gritando que soy el asesino de su hijo»
La juez aseguró que el hecho ocurrido se debió a que el pozo estaba “al descubierto” y “sin protección”.
Esto provocó que el niño, de tan solo dos años de edad, cayera por el agujero, y falleciera el pasado 13 de enero.
Sin embargo, Serrano ve injusto que se le juzgue por homicidio imprudente y piensa que la juez “va a por él”. Incluso, puntualizó no tener miedo de ir a prisión: “Que me vayan pintando el chabolo”, ironizó.
El acusado, que es primo de José Roselló, padre de Julen, explotó durante la mencionada entrevista contra los progenitores del pequeño fallecido, llegando a aseverar que ambos “están poseídos”.
Según contó, van “chillando” por el barrio malagueño de El Palo, donde residen, que él es “el asesino de su hijo”.
Por otro lado, se queja de ser el único investigado en el caso “cuando en la finca habían más personas”, entre ellas los padres de la víctima, a los que avisó de que había un agujero en el terreno.
El pozo, excavado ilegalmente, tenía 71 metros de profundidad y un diámetro de 25 centímetros.