China y Japón han dejando atrás su enemistad histórica y se han reconciliado este viernes durante la visita de Shinzo Abe a Pekín. Este vendría siendo el primer viaje de Estado que hace un mandatario nipón a este país desde 2011.
En medio de una dura guerra comercial con Estados Unidos, Tokio y Pekín han «olvidado» por el momento sus tensiones del pasado para estrechar sus relaciones económicas.
El primer ministro nipón ha sellado con su par Li Keqiang un total de 500 acuerdos comerciales por un valor de 18.000 millones de dólares, según informa la agencia Reuters.
Entre estos acuerdos figura un intercambio de divisas entre sus respectivos bancos centrales para incentivar los negocios bilaterales, por un valor de 30.000 millones de dólares.
«Ambos sentimos en nuestro mutuo interés mantener una relación larga y estable entre China y Japón, lo que también será beneficioso para la región», declaro el primer ministro Li Keqiang.
Intentando dejar atrás años de crisis diplomáticas y las profundas diferencias por la reclamación china de las islas Senkaku (Diaoyu en mandarín), Li aseguró que «hemos acordado no amenazarnos ni agredirnos. Debemos tener modos constructivos de eliminar cualquier tipo de fricción entre los dos países», recoge el periódico «South China Morning Post».
Asimismo, Shinzo Abe, quien visito Pekín acompañado de 500 grandes empresarios, señaló que «desde la competencia hasta la coexistencia, las relaciones bilaterales entre Japón y China han entrado en una nueva fase». A su parecer, «nuestros dos países tienen la gran responsabilidad de conseguir la paz y la estabilidad en la región».
El Desarme de Corea del Norte fue tema de conversación
Abe y Li no solo se comprometieron a potenciar sus relaciones económicas, ademas trataron otros temas como el desarme nuclear abierto en Corea del Norte tras la cumbre de Kim Jong-un, con el presidente estadounidense Donald Trump.
Esta inesperada alianza llega en un momento de agresividad política comercial de parte de EEUU, que le ha llevado a imponer aranceles al aluminio y acero de su aliado nipón y a entrar en una guerra comercial sin cuartel contra China.
La nueva ruta de seda
Mientras Pekín busca compensar con Japón las consecuencias económicas que le está causando la guerra comercial con EE.UU., que ya está ralentizando su crecimiento, Tokio espera subirse al carro de las inversiones chinas por todo el mundo. Entre ellas destacan sus construcciones dentro de las «Nuevas Rutas de la Seda», denominadas «Una Franja, Una Ruta» por la propaganda.
De esta forma, cerrando momentáneamente las profundas heridas del pasado, el presidente Xi Jinping intenta abrir una nueva pagina con Abe para mejorar las relaciones comerciales y diplomáticas con Japón.
Hemos visto a China dispuesta a crear nuevas alianzas, incluso con antiguos enemigos, para poder contrarrestar las políticas económicas de Trump. Sin embargo, es interesante ver cómo Japón, siendo un aliado tan cercano de Washington, busca un acercamiento con China.
Esto no es más que otra muestra de que poco a poco las políticas comerciales agresivas de Estados Unidos le esta costando la confianza de sus aliados más estratégicos.