Tu perro es parte de la familia: es tu mejor amigo y te acompañan en los paseos matutinos. Pero tu perro no puede quejarse, entonces, ¿Cómo saber cuándo buscar ayuda médica? ¿Cómo puedes saber si esa cojera significa un esguince o si el estornudo requiere un antibiótico?
Conozca las señales de advertencia que significan que debes llevar a su mascota al veterinario.
1. Hábitos alimenticios extraños
No es fuera de lo común que tu perro se salte una o dos comidas, especialmente si hace calor afuera, pero además de esto debería ser una señal de alerta de que algo está mal. Dos días sin comer es una señal clara de que tu perro necesita un examen.
Algunas enfermedades hacen que los perros desarrollen hábitos alimenticios inusuales. Si tu perro generalmente se porta bien pero comienza a asaltar la despensa o la basura, debe llevarlo a un chequeo.
2. Sed excesiva
Es importante saber cuánta agua bebe tu perro cada día. Un perro que bebe más agua de lo normal podría desarrollar enfermedad renal o diabetes. Podrás saber si tu perro está bebiendo demasiada agua si tienes que rellenar el tazón de agua más de lo normal, o si tiene una cantidad excesiva de orina, si necesita salir con más frecuencia o si tiene accidentes en la casa. .
3. Pelaje áspero o seco
El pelaje de un perro debe ser grueso, brillante y suave. Un pelaje opaco, áspero, seco o con parches calvos podría indicar que algo no está bien. El tipo incorrecto de alimentos, una alergia o una enfermedad de la piel podría ser el culpable.
De cualquier manera, un viaje al veterinario es imprescindible para un pelaje cuestionable.
4. Parece lento y cansado
El letargo es una señal de que algo puede estar molestando a tu perro.
Un perro letárgico puede no estar interesado en jugar, salir a caminar o participar en actividades que generalmente disfruta. La fatiga normal o el dolor muscular a veces pueden deberse a las altas temperaturas, pero debe ver a un veterinario si los síntomas persisten durante más de dos días.
5. Vómitos
El vómito ocasional no es inusual para los perros. Los animales pueden vomitar para deshacerse de algo que no está de acuerdo con ellos. Pero algunos vómitos deberían preocuparte. Por ejemplo, debe llamar al veterinario inmediatamente si tu perro:
- Vomita con frecuencia o varias veces seguidas.
- Vomita sangre.
- Tiene fiebre.
Los vómitos severos también pueden causar deshidratación o diarrea, por lo tanto, busque tratamiento temprano.
6. Heces inusuales
Las heces de un perro son un buen indicador de su salud general. Un perro sano tendrá heces pequeñas, firmes y húmedas.
Las heces secas y duras pueden ser un signo de enfermedades de salud, problemas dietéticos o deshidratación. Lleva a su perro al veterinario si tiene alguno de estos síntomas:
- Gusanos notados en las heces.
- Diarrea por más de 24 horas.
- Sangre o moco en las heces.
7. Pérdida de peso repentina
Incluso en un perro con sobrepeso, la pérdida repentina de peso es sinónimo de que deberías llevarlo al veterinario.
Perder peso de forma rápida e inesperada podría indicar una condición de salud grave. Si tu perro baja de peso en un 10%, avísele a su veterinario. En perros pequeños, esto puede ser tan poco como una pérdida de peso de 1 libra.
8. Ojos nublados o rojos
Los ojos nublados o rojos, entrecerrar los ojos o la secreción excesiva de los ojos de tu perro pueden indicar una infección o lesión. Asegúrate de llevar a tu perro a un chequeo de inmediato.
Las enfermedades que afectan los ojos pueden progresar rápidamente y causar ceguera. La medicación se puede usar para curar una infección o aliviar los signos clínicos.
9. Scooting o arrastrando hacia atrás
Si tu perro se desliza o arrastra su trasero por el piso, puede tener gusanos, glándulas anales bloqueadas o infectadas, infección del tracto urinario o diarrea.
10. Síntomas de emergencia
Lleve a tu perro al veterinario o a una clínica veterinaria de emergencia si muestran alguno de los siguientes síntomas:
- Heridas abiertas o posiblemente huesos rotos.
- Detención de la respiración o pérdida del conocimiento.
- Vómitos repetidos o vómitos de sangre.
- Colapso repentino o dificultad para respirar.
- Sangrado de la boca, nariz u ojos.
- Posible envenenamiento por comer algo tóxico.
- Dolor extremo, visto como quejarse o temblar.
- Abdomen duro e hinchado.